¿Has escuchado el famoso refrán los dientes son como un diamante que hay que cuidar? Este refrán es correcto pues un diente artificial jamás será como uno natural. Uno de los temas más controvertidos y actuales de la salud oral pasa por el clásico dilema de extraer o mantener las piezas dentales. La elección es clara por parte del odontólogo “debemos intentar mantener las piezas dentales naturales”.
Los dientes tienen funciones tan importantes como la masticación, intervienen en el habla y en la estética de la expresión facial. La correcta masticación de los alimentos permite que podamos absorber las fibras de los alimentos, de lo contrario, se pueden ocasionar problemas digestivos como estreñimiento, malas digestiones, dolores continuos, aumento de peso, etc. De ahí la importancia de mantener los dientes naturales y agotar todos los recursos disponibles para conservarlos.
Adicional a ello cada uno de los dientes sustenta la carga del movimiento que se realiza al masticar. Cada vez que comemos, utilizamos las piezas dentales como las molares para conseguir firmeza y la máxima eficacia en la mordida. Si no disponemos de estos apoyos porque nos falta una molar, la dentadura sufrirá desplazamientos que modificarán las posiciones del resto de las piezas, además de su inclinación.
Por ello, ante el dilema de mantener un diente natural u optar por una extracción, siempre nos inclinaremos por la primera opción. Incluso, en los casos más complicados, la primera opción siempre debe ser el mantenimiento del diente natural.
Sin embargo, cada paciente es un mundo y el tratamiento siempre debe ser individualizado, teniendo en cuenta sus circunstancias de riesgo y el grado de cumplimiento con el tratamiento propuesto.
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